jueves, 4 de febrero de 2016

De donde proviene el fuego que te conviene

Cuando el hombre dominó el fuego todo cambió. Esta extraordinaria fuente de energía lo puso a la vanguardia de toda la creación. Tenía manos y dominaba el fuego. Lo tenía todo.

Con el fuego primero ahuyentó a sus enemigos depredadores, pero luego los persiguió hasta aniquilarlos usando el fuego como medio de ataque. Quemó sus madrigueras, sus crías y su alimento. Luego sus enemigos fueron otros hombres y quemó sus casas, sus herramientas y sus familias. Puso fuego en las lanzas y en las flechas para alcanzar mas distancia. De aquí a la bomba incendiaria de napalm lo que quedaba era creatividad, ingenio y mucho odio.

De seguro este fuego fue el que Prometeo le robó a los dioses, para congraciarse a tal punto con los hombres, que le consideraron el titán protector y benefactor de la humanidad. Hay quienes han espiritualizado este concepto y consideran que como el fuego es energía, luz y calor, lo cual fácilmente puede asociarse a conocimiento, entendimiento e incluso habilidades para enfrentar al mundo, Prometeo es una figura paralela a lucifer. El ángel caído le mostró a Eva las ventajas de consumir del árbol de la ciencia del bien y del mal. - "El día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal." - Afirmó la serpiente. Gen 3:5.

Con esta acción realmente la humanidad perdía el acceso al fuego que si conviene, el del portento y la grandeza de la presencia de Dios.

Pero Dios diseñó también el plan para devolver a los hombres el verdadero fuego perdido y sacarles de la triste ilusión de pensar que sólo le basta el fuego terrenal, que le da el poder del conocimiento y la destrucción.

Uno de los que tuvo la revelación de este plan fue Juan el Bautista y así les decía a quienes le oían: "Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego." Mt 3:11

Este es el fuego que hace al hombre humildemente poderoso. Es el que le muestra el gozo y la responsabilidad de portar la presencia de Dios a donde quiera que vaya. Es el que prometió Jesús y envió a los suyos cincuenta días luego de su resurrección. 

"Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen." Hechos 2:2-4

De aquí proviene el fuego que te conviene. En el próximo artículo te mostraré como una palabra de quien lleva dentro de sí este fuego, impacta de tal forma en el mundo que hasta las circunstancias obedecen y se alinean con el propósito que Dios ha puesto en el portador de su llama.

No te rindas... sigue anhelando el fuego!

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