Una
prueba bíblica con comparación de los calendarios hebreo y romano, demuestra
claramente que el nacimiento de Jesús de Nazaret no pudo haber ocurrido durante
el mes de diciembre.
Llegó la navidad! Y aunque muchos han olvidado su significado y origen, algo especial sigue ocurriendo durante estos días. El nacimiento de Jesús de Nazaret ha pasado a un segundo plano. El efecto de la globalización cultural fabricada desde los laboratorios del marketing, ya lo sustituyó hace tiempo y el mes de diciembre es simplemente un periodo de transición festivo, para recibir el próximo año con pertenencias nuevas y algunos kilos de más.
Es
probable que Jesucristo haya simplemente cedido el lugar, en esta temporada de
convencionalismos y superficialidades, pues realmente nunca le perteneció. Hay
mucha investigación y discrepancia con respecto al tema, pero en general se
acepta de manera concluyente que la fiesta del 25 de diciembre siempre tuvo un
origen pagano. Para facilitar la conversión al cristianismo desde la religión
romana y evitar los constantes enfrentamientos entre grupos, el emperador
Constantino el Grande, promovió junto al Papa Julio I (337-352 dC), que las
celebraciones importantes de ambos cultos coincidieran. Así mientras unos
adoraban a Apolo, el invencible dios del sol, otros recordarían el episodio de
María dando a luz en las condiciones más humildes, a Jesús, el Salvador.
¿Dice algo la Biblia sobre la fecha del nacimiento de Jesús?
Definitivamente
si. La Biblia tiene pistas claras que pueden llevar al lector e investigador a
una conclusión satisfactoria. Desde luego esas pistas no se hallan contenidas
en los textos que aluden directamente al acontecimiento del nacimiento de Jesús.
El único indicio que muestra una discrepancia entre suponer que Jesús nació en
diciembre y el contexto mostrado en los evangelios (Ver Lucas 2:7-8) es el factor climático.
No es razonable pensar que había pastores con ovejas en el campo durante las
noches de invierno. Pero desde luego que este argumento por si solo, no es
suficiente.
De
donde si se puede partir con toda confianza es del dato histórico mostrado en
el evangelio de Lucas:
"Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un
sacerdote llamado Zacarías, de la clase
de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet."
Lucas
1:5
Pareciera
no tener ningún tipo de relación con el tema propuesto, pero sus implicaciones
son asombrosas. El texto hace referencia al sacerdote Zacarías y a su mujer Elisabet,
personajes reconocidos posteriormente como el padre y la madre de Juan el
Bautista. Por una parte al considerar que Zacarías era Sacerdote “de la clase
de Abías” lo que se está descubriendo es el mes del año, en el que prestaba sus
servicios en el templo. Al salir de allí y de vuelta en casa engendró a su hijo
Juan. También es un hecho conocido que Elisabet, se encontraba en el sexto mes
de embarazo cuando a su prima María le fue anunciado que concebiría a Jesús.
Según
la tradición judía la clase de Abías ofrecía sacrificio en el templo durante el octavo turno. Sabiendo que el total de clases
sacerdotales eran 24, el relato ubica de forma inequívoca a Zacarías en el
templo durante el cuarto mes del calendario lunar. (Ver 1 Crónicas 24:10). Este
orden estaba establecido desde el reinado de David, mil años antes y había
permanecido así.
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Comparación de calendarios Solar romano y Lunar hebreo. |
Al
confrontar el calendario lunar hebreo, con el calendario solar romano, se puede
apreciar la coincidencia del cuarto mes (Tammuz) con los meses Junio y Julio. Y
finalmente al considerar la diferencia de edades (6 meses) entre el bautista y
su primo Jesús, no cabe duda que la
fecha de nacimiento del Mesías puede establecerse entre septiembre y octubre.
Todo lo anterior tiene implícita la suposición de que ambos embarazos duraron
el tiempo habitual.
¿Entonces debemos disfrutar de la fiesta decembrina sin Jesús?
No es
la intención de este artículo que las personas dejen de celebrar la navidad. Al
contrario. Sería verdaderamente hermoso poder decirle a Jesús en este tiempo: “Amigo,
maestro y salvador. Probablemente no naciste en esta fecha, pero el dato es
irrelevante. Lo que si queda claro es que la religión, la superstición y el
deseo de consumir se han apoderado de este mes como si fuesen un solo dios. Mientras
la sociedad acude al entretenimiento como una excusa para satisfacer sus
caprichos y aparentar ser normales, yo voy a tomarme algunas horas de estos
días para hablar un poco contigo, pedirte que me permitas escuchar tu voz,
seguir tus buenos consejos, perdonar y hacer algo bueno por alguien.”
Para
todas y todos: Feliz Navidad!